lunes, 28 de febrero de 2022

Oculares Japoneses de 0,96 de pulgada

 Hace unos años, nuestro buen amigo y colaborador de este blog, Julio Cesar Monge, me sorprendió con un grato presente. Se trataba de una pequeña colección de accesorios de pulgada (0,96) procedentes de su antiguo telescopio Carton con el que se inició, y que eran la dotación habitual de la gran mayoría de los telescopios japoneses de los años 60 y 70 del pasado siglo.

Concrétamente un ocular de diseño Kellner de 20 mm de focal y exquisita construcción, así como un prisma erector de diseño antiguo (los prismas erectores antiguos eran longitudinales, a diferencia de los actuales que son acodados bien a 45º o 90º grados)

El diseño de Carl Kellner de mediados del siglo XIX, estaba dotado de tres lentes, y un campo aparente (Fow)  en torno a los 40º, datos éstos que a día de hoy se nos hacen anacrónicos, acostumbrados a los grandes campos proporcionados por los actuales diseños, lo que no resta a estos oculares antiguos de ese halo de romanticismo en el que aprender a mirar, era el primer paso antes de aprender a observar.

Junto al ocular K-20 mostramos un K-30 de la misma familia y un AH-40

Cuadro comparativo de los diseños de algunos de los diseños más populares



Gracias Cesar, y esperamos tu revisión del viejo Carton.


By. A.B.S.


martes, 22 de febrero de 2022

El Astrolabio Planisférico (1 parte)

 Astrolabios Andalusíes
El Astrolabio es uno de esos objetos de la antigüedad que más fascinación suscitan, tanto a los aficionados o profesionales de la Astronomía, como al profano en la materia. Su detallada y precisa construcción al igual que su diseño denotan siglos de observación y conocimiento de los más avanzados detalles de la mecánica celeste.
Desde el albor de los tiempos, el ser humano ha intentado plasmar de diversas formas el movimiento celeste tridimensional, en un plano bidimensional a una escala que pudiese manejar, y sobre todo interpretar, es decir: trasladar esos movimientos que con matemática precisión, los astros de la cúpula celeste ejecutaban ante sus ojos.

El primer conocimiento que tenemos del Astrolabio, del griego ἀστρολάβιον “astrolabion” (buscador de estrellas) podemos situarlo en los tiempos de Hiparco de Nicea alrededor del 180 aC. Quien gracias a sus profundos estudios de geometría y trigonometría esférica, perfeccionó el concepto de proyección dando lugar a la consiguiente representación de la esfera curva sobre el plano. Pero la primera gran obra sobre el astrolabio se la debemos a Claudio Ptolomeo de Alejandría quien con su “Planispherium” s. II d.C. sentaría las bases de la Proyección que siglos más tarde en 1613, se conocería como Estereográfica.


Claudio Ptolomeo de Alejandría 



La mayoría de estas obras escritas originalmente en griego, han llegado hasta nosotros a través de sus traducciones al árabe e incluso posteriormente al latín procedente del árabe, y dan testimonio del profundo conocimiento matemático de sus autores, en un tiempo en el que la única herramienta de cálculo era la observación y notación año tras año.

Sobre la construcción de los astrolabios, debemos la obra más antigua que se conserva a Johannis Alexandrinus (Juan Filopono) quien en el siglo VI escribiría “De usu astrolabii eiusque constructione Libellus” sobre la construcción y uso del astrolabio.

Posteriormente en el siglo X, el astrónomo persa Abd Al Rhaman Al Sufi, traduciría al árabe gran parte de los escritos de Ptolomeo de Alejandría, y escribiendo entre otros un tratado sobre la medición y uso del astrolabio.


Aristóteles enseñando a sus discípulos Ms Ahmed III 3206 f.90r s.XIII Museo Topkapi

Mientras esto ocurría en la Persia del siglo X, en nuestra tierra los astrónomos andalusíes como Ibn-Saffar alcanzaban la maestría en la construcción del instrumento como así lo atestiguan los tratados y ejemplares firmados por él que aún se conservan. De igual manera otro gran astrónomo andalusí del siglo XI, Ibn al-Sahm, escribíria el famoso “El Kitab al-Amal bi-l Asturlab”, convirtiéndose en el más completo tratado sobre el uso del instrumento escrito en la península ibérica durante la Edad Media siendo a su vez la fuente sobre un tratado del uso del astrolabio esférico compuesto en la corte de Alfonso X el Sabio. Ambos astrónomos formados y miembros de la escuela de Maslama al-Mayriti (el madrileño) nacido hacia el año 950 célebre entre otras cosas por la corrección de la traducción árabe del “Planispherium” de Ptolomeo, y autor de un Tratado del Astrolabio, conservado en la Biblioteca del Monasterio del Escorial, y que pudo influir directamente en la construcción del conocido como “Astrolabio de Barcelona” del año 980.


Astrolabio de Ibn Shafar (Biblioteca Nal. de Berlín)

Volviendo de nuevo a los astrónomos andalusíes del siglo XI, no podemos olvidar al toledano “Abu Ishaq Ibrahim Ibn Yahya al-Naqqash az-Zarqali” conocido por su nombre latinizado Azarquiel, constructor y diseñador de la Azafea, un astrolabio universal que permitía el uso en cualquier latitud terrestre. Sus estudios y escritos han llegado hasta nosotros a través de las traducciones encargadas a la obra científica del Scriptorium “El Libro del Saber de la Astrología” de Alfonso X el Sabio.


Copia de la Azafea de Azarquiel conservada en la Torre de Calahorra


Libro del Astrolabio de Alfonso X el sabio. Bibl. Marqués de Valdecilla
UCM. ms 156 f 75.v


Siendo el mundo islámico heredero en parte del saber griego y el principal precursor de las ciencias destinadas al diseño, fabricación y uso del astrolabio, es fácil comprender el inmediato carácter religioso que rápidamente adquiriría el instrumento, al poder mostrar con exactitud las horas de rezo, así como la dirección de la ciudad santa de la Meca, usos que pronto calaron en el mundo cristiano adecuándose los instrumentos al calendario y necesidades occidentales.


Salterio de San Luis y Blanca de Castilla s. XIII Bibl. del arsenal de París


La gran mayoría del conocimiento árabe sobre el astrolabio pasaría a través de traducciones latinas a la Europa Occidental, en buena parte gracias a la difusión de los mismos desde la Cataluña de finales del siglo X hacía los territorios francos, Así Hernan de Carinthia a inicios del siglo XII incorporaría las correcciones de Malasma a su traducción del “Planispherirum” y el conjunto de dichos textos compondrían los más célebres tratados sobre el uso y manejo del instrumento en la Edad Media, como el Tratado castellano de 1276 compilado en “El Libro del Saber de la Astrología” de Alfonso X el Sabio, el tratado del astrónomo francés Pelerin de Prusse en 1362, y el célebre “Treatise on the Astrolabe” de Geofrey Chaucer en 1391.

En cuanto a los instrumentos conservados, podríamos decir que el astrolabio más antiguo que ha llegado hasta nosotros procedente del mundo árabe, es el ispahaní fechado en 927 que se exhibe en el Museo Nacional de Kuwait atribuido a Muhammad ibn Abd Allah Nastulus o "Bastulus".


Astrolabio de Bastulus (Museo Nal. Kuwait)

En el mundo cristiano, el más antiguo conservado con caracteres carolingios, es el conocido como Astrolabio de Barcelona datado hacia el año 980 d.C. (recientemente autentificado mediante técnicas metalográficas) Este ejemplar descubierto por el francés Marcel Destombes y legado al Instituto del Mundo Árabe de París en 1983, presenta en su araña 18 estrellas, 10 de ellas boreales y 8 australes sin que estén grabados los nombres en los índices, lo que podría situar la construcción del mismo hacia la fecha indicada.

En uno de sus tímpanos encontramos grabado con caracteres capitales, las palabras ROMA y FRANCIA, junto con la cifra 41-30. Esta tipografía usada en los manuscritos latinos de la Cataluña del siglo X la cual formaba parte de la Francia Carolingia, unido a la posible cifra de latitud coincidente con la de la ciudad de Barcelona ha llevado a atribuir la construcción del mismo al astrónomo Sunifred Llobet conocido como “Lupito Barchinonensis” a la sazón arcediano de la ciudad, ya que en la Colección de Manuscritos de Ripoll pertenecientes al Archivo de la Corona de Aragón y también atribuidos a él, se describe el uso y construcción del Astrolabio, aunque otros autores sostienen que los conocimientos astronómicos de la Cataluña del año 1000, no eran los suficientes como para fabricar un instrumento de tal precisión, procediendo pues de la España Musulmana pero sin grabar, tarea que sería pues completada en los monasterios benedictinos de Ripoll o San Cugat del Vallés.


Atrolabio de "Barcelona" Instituto del Mundo Arabe) París


Enlaces

Frankfurt Medieval Instrument Catalogue - TOC (davidaking.org)

Azarquiel, el astrolabio y la azafea. Su aportación a la ciencia astronómica y a la navegación del Renacimiento. | Boletín de la Real Sociedad Geográfica (boletinrsg.com)

Geoffrey Chaucer's Treatise on the Astrolabe | StJohns (cam.ac.uk)

Viajes de ciencia - En busca del astrolabio de Toledo, el iPhone de la Edad Media (eldiario.es)

Maslama al-Mayriti | Real Academia de la Historia (rah.es)


By A.B.S

jueves, 17 de febrero de 2022

Mizar KAISER 80/1200

 

Hace unos años conseguí un refractor a la antigua usanza: acromático y de focal muy larga, un 80 / 1200, un raro modelo de los que hoy calificamos como “vintage”, un clásico vamos.

Se trata del Mizar modelo “Kaiser” 80/1200, fabricado en Japón a mediados de los 70’ del pasado siglo. La producción de este modelo, que fue el buque insignia de este reconocido fabricante (quien formaba parte, según los aficionados japoneses, del “Gosanke” -los tres grandes- en referencia a las tres grandes marcas de telescopios: Mizar, Astro y Vixen, en la época de auge y desarrollo de la astronomía amateur), cesó en los 80’ cuando la competencia de Vixen, con modelos similares, se comió literalmente a este segmento (incluyendo los Polarex-Unitron) por sus precios más competitivos y las innovaciones mecánicas y técnicas que aun hoy siguen marcando un estándar.

Como los buenos telescopios japoneses de época, el Mizar Kaiser se presentaba en un embalaje de madera para el tubo óptico, las patas del trípode y accesorios . El resto (montura, cables de movimiento lento, pesas ) en porexpan y cartón, todo ello en otra gran caja de cartón.


 La caja de madera, de considerables proporciones, tiene doble asa ( ya que pesa lo bastante como para que se transporte más cómodamente por dos personas), y dentro unas costillas forradas con fieltro para que apoye ,sin rayarse, el tubo óptico.

 .



De serie el telescopio traía un completo juego de oculares en formato 0.96” , una diagonal, una pantalla de proyección solar y además un soporte para colocar una cámara fotográfica en paralelo sobre la barra de contrapesos.

 


   La montura es una ecuatorial alemana muy robusta, con círculos graduados de movimiento libre y un sistema muy curioso para sujetar los cables de movimiento lento, ya que se atornillan a los ejes mediante un tornillo roscado pasante, asegurándose después con una contratuerca. Con este sistema es virtualmente imposible que se escapen los cables.

 



Las patas del trípode son de madera maciza, conformadas por dos listones unidos mediante tacos y tornillería, con forma de V, sin posibilidad de plegarse. A 2/3 de altura tienen un sistema para fijar la extensión a una bandeja circular que hace la función de porta accesorios.

 

MIZAR KAISER 80/1200

La particularidad más notable de este modelo es su sistema de enfoque. El formato es el tradicional 0.96”, aunque se puede  convertir fácilmente a 1.25” mediante un portaocular de Baader Planetarium (yo lo hice en mi unidad, también se puede hacer en otros refractores Mizar , Vixen, Kenko, etc., ) Éste carece de mandos de enfoque , por lo que la extensión del tubo se consigue mediante un sistema helicoidal accionado por un robusto volante de metal. Es un sistema que por su peso, ayuda a equilibrar la longitud de un tubo tan largo para que la zona de observación no quede muy abajo, con la incomodidad que esto causaría al observador.

 

Sistema de enfoque mediante volante helicoidal

 La óptica del telescopio es un doblete acromático de 80 mm. de diámetro, espaciado por aire, montado en una celda colimable (éste aún permanece perfectamente colimado después de 45 años ) y 1.200 mm. de focal, con una resultante de f/15, lo que hace ideal este instrumento para observaciones de planetas, estrellas dobles y, dentro de las capacidades de su abertura, para los objetos Messier. A este respecto es recomendable la venerable “Guía del Firmamento” de José Luis Comellas, para sacarle un buen partido a este telescopio, pues Comellas describe las observaciones con su Polarex de 75 mm, aparato similar en características al que nos ocupa (n.b: Desde su 1ª edición,en 1979 este libro ahora alcanza ya la 9ª edición ).

El buscador es un 40 mm con enfocador helicoidal, sujeto al cuerpo principal del telescopio por un muy robusto brazo, que imagino cumple la función de ayudar a equilibrar con su peso la longitud del tubo. En mi unidad el buscador original se perdió, por lo que le instalé un Optic´s Pedret que al menos hace su función y no desentona estéticamente.

  

         Para ilustrar este pequeño reportaje, monté el  Kaiser una noche despejada pero con la mala fortuna de coincidir con Luna llena, a fin de realizar alguna observación. El primer objeto observado fue M42, la nebulosa de Orion. Pese a la proximidad de la luna, a 60x es perfectamente distinguible la Regio Huygheniana y los arranques de ambas Proboscis (maior y minor), y por supuesto el Trapecio y el Propulsor.

Centrándonos en el Trapecio, a 120x, por momentos me parecía vislumbrar una 5ª componente. Para desechar errores, hice un croquis a pie de ocular donde ubicarla y comprobarlo después. Efectivamente, la estrella E era la quinta y la dibujé en su sitio correcto, por lo que al menos hasta algo más de la 10ª magnitud , por momentos, fuimos capaces de distinguirla el telescopio y éste observador que escribe.

El croquis muestra el Trapecio tal cual se ve con un refractor y diagonal de espejo.

El siguiente objeto que observé fue Castor (α Geminorum ) binaria visual a 50 años luz (en realidad es cuádruple) cuyas magnitudes aparentes son 2.91 y 1.96, separadas actualmente unos 5” . Cuando comencé a observar con telescopios, allá por los años 80, la separación entre ambas era de poco más de 2” lo que hacía que fuera un objeto muy interesante para testar telescopios y seeing.




Castor con el Mizar Kaiser y diagonal de espejo.


Con 60x ya es fácilmente desdoblable, y a 120x es un bonito espectáculo, sobre todo porque la noche estaba bastante estable y se podía enfocar muy bien, apreciándose en unos perfectos discos de Airy .

Mizar y Alcor, la archiconocida doble de Ursa Major, fue el siguiente objetivo. Mizar (ζ Ursae Majoris ) se desdobla con suma facilidad, siendo sus componentes Mizar A (2.5 Mag.) y Mizar B (4.0 Mag.). La separación entre ambas es de 14.4”



Una ligera neblina comenzó a empañar la noche, así que aparte de echar un rápido vistazo a la luna llena, solo para comprobar la casi nula aberración cromática de este telescopio, no tuve opciónr a observar nada más. En una siguiente entrada prometo dar buena cuenta de más objetos celestes con este venerable telescopio.

Mizar Kaiser del autor.


Referencias:

https://www.telescope-museum.com/tls/tls-300/

https://reflexions.jp/tenref/astro/fromjapan/spot/11187/

https://www.tomaydame.es › telesc-p.-madera.pdf


By : J.I.M.G


 

 


martes, 15 de febrero de 2022

Oculares Mizar de 0,96 mm

 Colección de Oculares de la firma japonesa Mizar, de 0,96 mm (1")



A mediados de los años 80, la firma Japonesa Mizar, ofrecía una colección de oculares de variado diseño óptico en sus telescopios astronómicos. Estos oculares del tipo Huygens o Kellner, ofrecían imágenes más o menos puntuales con campos muy reducidos, entre 30º y 40º de Fow, y acusadas aberraciones corregidas muchas veces en virtud de las grandes focales usadas en los refractores del momento, muchos de ellos por encima de f15 en cuanto a razones focales.

los que aquí mostramos son un set básico de distintas focales y diseños en la desaparecida medida de una pulgada (0,96 mm)

- KELLNER (K) Diseño de Carl Kellner en 1849. Poseen tres lentes, un campo aparente de 40º y un relieve ocular entre el 40% y el 50% de la distancia focal
Focales: 20 mm y 25 mm

- HUYGENS (HM) Diseño de Crhistian Huygens en 1703. Poseen dos lentes, un campo aparente de 30º y un relieve ocular del 30% de la distancia focal

Focales: 12,5 mm  y 6 mm

- ORTOSCOPICO (OR) Diseño de Ernst Abbe en 1860. Poseen cuatro lentes, un campo aparente de 45º y un relieve ocular del 80% de la distancia focal

Focales: 6 mm


by A.B.S


El Alstar Ret-50 "Butanito" 114/1000

El Alstar Ret-50, fue uno de los telescopios más populares en la década de los 80, y punto de partida de un gran número de aficionados que conseguían “financiar” su -por entonces- elevado precio. Conocido como “Butanito” por el  inconfundible color naranja de su chapa, se trataba de un Schmidt/Newton de 114 mm de diámetro por 1.000 de focal, conseguidos gracias a una lente de Barlow insertada en su tubo enfocador. Estaba fabricado por la firma japonesa Tansutzu que también lo fabricó para la marca Towa.


Alstar Ret-50 con su montura Eq2 sobre trípode de madera
y su embalaje original


El “Butanito” está provisto de un buscador del tipo “prismático” dotado de un tubo de visión angular con ocular de 6 aumentos,  que mediante un accionador lateral insertaba un pequeño prisma en el haz de luz reflejada por su espejo primario, de esta forma podíamos localizar fácilmente el objeto celeste seleccionado con la seguridad de centrarlo claramente en el campo de visión del ocular.

Detalle del buscador de tipo prismático inserto en el cuerpo principal del telescopio


El equipamiento básico que traía eran un par de oculares de diseño Huygens  H20mm y H6mm en formato de 0,96 o “pulgada” lo que proporcionaba unos aumentos de 50 y 166 respectivamente, con un campo real muy escaso dado su también escaso campo aparente (FOW). Ciertamente, el uso del ocular de 6 mm era difícil de enfocar fuera de la observación lunar, y obligaba al usuario a la adquisición de alguna focal intermedia si se quería disfrutar realmente de planetas como Júpiter o Saturno. Un adaptador fotográfico, un prisma inversor y un extensor de focal completaban el equipamiento.

Detalle de la montura ecuatorial Eq-2 con trípode de madera
y mando de control lento. En el lateral se aprecia la corona dentada en la cual
se fijaba el piñón del motor de seguimiento opcional.




El conjunto óptico estaba sujeto mediante una abrazadera fijada con tornillos – aún no existían las colas de milano- sobre una montura ecuatorial-alemana del tipo Eq-2 con un pequeño contrapeso de dos kilos para equilibrar el eje de ascensión recta A.R. Esta montura, en origen manual, estaba accionada por dos mandos flexibles sujetos en ambos ejes, con la posibilidad de añadir un pequeño motor de seguimiento dotado de un piñón de ataque, que al engranar con la corona del eje de A.R., transmitía el par de movimiento, garantizando así un correcto seguimiento del astro observado. Un trípode de madera con una pequeña bandeja triangular para colocar los oculares completaba el conjunto.



Publicidad original de la firma Alstar de finales de los años 80
en Optica Roma de Madrid





El precio del equipo rondaba las 100.000 ptas de mediados de los años 80 del pasado siglo XX, una cantidad muy elevada por aquel entonces, lo que convertía estos instrumentos en piezas muy deseadas y difíciles de conseguir por los aficionados.


By A.B.S

El Planisferio Celeste "Caelestium Planispherium"

El Planisferio Celeste, es esa herramienta con la que todos nos hemos iniciado de una u otra forma en la observación del cielo. Heredero directo de los antiguos Astrolabios, se trata de una proyección Estereográfica de la esfera celeste en la cual podremos realizar una gran variedad de cálculos astronómicos.

El origen de la proyección, debemos buscarlo en la antigua Grecia, cuando Hiparco de Nicea comenzó a desarrollarla en sus trabajos alrededor del año 180 a.C.  pero sería posteriormente Claudio Ptolomeo de Alejandría quien sentase las bases de la misma en su célebre obra "Planispherium" que luego fuese tan decisiva en la España Musulmana para la construcción de los famosos astrolabios andalusíes.

El Planisferio Celeste, consta de una base circular en la cual mediante la citada proyección Estereográfica, se encuentra plasmado el hemisferio celeste, bien sea boreal o bien austral, desde el polo hasta unos 30 o 40 grados por debajo del Ecuador Celeste, con sus constelaciones correspondientes. En el extremo de dicha base podemos encontrar una escala bien horaria de 24 horas con sus correspondientes divisiones en minutos, o bien calendaria con los 365 días del año divididos mes a mes, o ambas haciendo pues coincidir el índice de las 0:00 horas con el día 21 de marzo o meridiano 0, ya que coincidiría el punto de corte de la línea de la Eclíptica con el Ecuador Celeste en el llamado Primer punto de Aries o Punto Vernal.

Sobre la citada base con la representación estelar correspondiente al hemisferio elegido, gira sobre el punto del polo celeste una ventana de horizonte dividida a su vez en la escala horaria con sus correspondientes divisiones, o bien la escala calendaria con las suyas. Dicha ventana referida a la línea del horizonte de la latitud representada, suele mostrar la Línea Meridiana Norte-Sur, y la línea del Primer Vertical.

No debemos dejarnos engañar por la simplicidad de su construcción, ya que se trata de un instrumento de gran precisión y múltiples utilidades astronómicas, con lo que no todos los planisferios serán iguales ni en calidades de construcción, ni en precisión de la información que nos ofrezca.

A continuación vamos a mostrar una pequeña colección de Planisferios Celestes del hemisferio boreal.

En otra entrada abordaremos su uso y particularidades.


Planisferio Celeste 40º Norte 25 cm .(circa de 1910)


Planisferio Celeste 40º Norte, Editorial Sharpe 24 cm (c.1980)

Planisferio Celeste 40º Norte, Ayala 34 cm (c.1990)


By A.B.S.