lunes, 17 de octubre de 2022

Recuperando un Polarex 75/1200 Modelo 131



Hace unos meses tuve la oportunidad de adquirir un Polarex 75/1200 en montura ecuatorial, el modelo 131, en muy buen estado. Un bellísimo instrumento, finamente mecanizado y con una prestigiosa calidad óptica, fabricado en los años ’70-’80. 

Sin embargo tenía un par de cosas que no terminaban de estar perfectas en las pruebas que le hice: los movimientos de la montura se endurecían cuando la temperatura bajaba y, algo más preocupante, la calidad óptica no era la esperada de un telescopio de su prestigio. Mientras lo primero era bastante fácil de solucionar aplicando un mínimo de cuidado, lo segundo planteaba muchos interrogantes y la solución no estaba clara.


El secreto está en el aire: 

Comencemos por lo más complicado, el diagnóstico del problema óptico. Los startest mostraban una clarísima coma, indicativo de una óptica “pinchada”, de astigmatismo o de ambos. La celda del doblete separado por aire del 75/1200 cuenta con tres tornillos de fijación y otros tres de ajuste más pequeños, que limitan la presión que la celda ejerce sobre el doblete óptico. 

No confundir con los tres grandes tornillos que fijan la celda al tubo, que en este Polarex se encuentran en las “orejas” exteriores. Es habitual encontrar esos pequeños tornillos de ajuste sellados con pintura roja, pero en este caso no lo estaban, lo que podía indicar una manipulación previa (o sólo que en este modelos/año de Polarex no iban sellados). 

La celda del doblete con los tornillos de fijación y ajuste. 

Si se trataba de una óptica “pinchada” este era el lugar por donde comenzar a ajustar. Y la forma de acotar el problema era visualizar los anillos de difracción del doblete. 

Los anillos de difracción de un doblete separado por aire, como es el caso del 75/1200, se ponen en evidencia incidiendo luz monocromática y observando su reflejo. La forma más sencilla de obtener luz monocromática es iluminando con una bombilla de bajo consumo, con fluorescentes de luz fría o, de forma más clara, mediante la iluminación con un láser difuminado el haz de alguna manera (yo uso servilletas de papel). La prueba demostró que los anillos no eran concéntricos, algo ocurría. 


Esto es lo mejor que se podía ajustar. Anillos de difracción descentrados, bajo luz de fluorescentes de luz fría. 

El ajuste de la presión de los tornillos de la celda no daba resultado. Aunque el patrón de los anillos de difracción variaba, llegaba un momento en que un lado estaba demasiado apretado y el otro completamente suelto. El ajuste estaba fuera de rango de ajuste de los tornillos. Aquí había algo más. 

Y ese algo más apareció tras un minucioso análisis bajo el microscopio de bajos aumentos: los separadores del doblete estaban en muy mal estado, deteriorados por el paso del tiempo. 



Estado que mostraban los separadores, con el metalizado separado o degradado bajo el microscopio. 

El tallado de la lente y el menisco en los dobletes separados por aire es de tal forma que entre ellos apenas quedan 15 centésimas de separación (en el Polarex 75/1200) a lo largo de toda su superficie. La separación se obtiene insertando entre ambos tres pequeños separadores de ese grosor situados a 120º en el borde de las lentes. Minúsculas variaciones en este espaciado tiene devastadoras consecuencias en la calidad óptica. Esos separadores son de papel metalizado en el Polarex y su posición coincide con los tornillos de la celda. 

Los separadores originales y su cuidadosa extracción con un microscopio y un bisturí.


Encontrar un material metalizado con adhesivo que sirviera como separador y que calibraran 15 centésimas fue todo un reto. Después de muchas pruebas con varias capas de papel de aluminio (demasiado fino) y con cinta de carrocero (adhesivo demasiado “gomoso”), la solución vino de un material llamado Cricut, unas láminas de vinilo metalizado utilizadas en decoración con una capa adhesiva muy firme que calibran exactamente 15 centésimas. 








Adquirir el material, cortarlo sin rebabas con un bisturí y adherirlos al menisco con la ayuda del microscopio de bajos aumentos fue lo más sencillo. 

Posicionando los nuevos separadores

Ahora sí, tanto las pruebas estáticas con luz monocroma como los startest mostraban un patrón de difracción centrado y uniforme. Los tornillos de ajuste tenían el efecto esperado en el patrón. Y las observaciones planetarias, de la Luna y de Épsilon Lyrae (la Doble Doble de Lyra) fueron las pruebas definitivas que confirmaron la buena salud de esta óptica con más de 40 años a sus espaldas. 

Anillos de difracción bajo la luz monocroma de un láser

En mis pruebas con este telescopio y los oculares disponibles, Epsilon 2 Lyr (la pareja “transversal” de m5.5 y m5.6) separadas 2,4” de arco se desdobla a partir 96 aumentos con el ocular Kellner 12.5mm original; y Epsilon 1 Lyr (la pareja “longitudinal” de m5.0 y m6.0) separadas 2,3” de arco se desdobla a partir de 133 aumentos con el ocular SYM 9mm original. A 200 aumentos con el ocular Orto 6mm original las dos parejas aparecen sobradamente separadas. 


Los años pasan…: 

…y las grasas se degradan. Era muy evidente que el problema de la montura era una grasa degradada que aumentaba mucho su viscosidad a bajas temperaturas haciendo que los movimientos fueran más duros. Se imponía desmontarla completamente, limpiar los restos de grasa vieja y aplicar una nueva capa de grasa. 

Afortunadamente la sencillez mecánica de la montura Polarex facilita mucho las cosas. Tan sólo hay que tener la precaución de anotar dónde tiene que ir cada pieza y cada arandela de separación para montarla de nuevo en su posición una vez engrasada con un producto lubricante de calidad y estabilidad frente al frío. 

Las frías noches sorianas fueron la prueba de fuego para esta relativamente sencilla operación de mantenimiento. En Tiermes la montura tuvo un comportamiento exquisito, de nuevo como el primer día, con movimientos suaves y fluidos. 


Nota final: 

No es necesario recordarte que antes de decidirte a manipular un telescopio clásico como este debes tener presente que se trata de una pieza óptica y mecánica de precisión, única e insustituible. No hay repuestos, cualquier error en su manipulación puede suponer la destrucción del instrumento o provocar un daño mayor que el que se pretende reparar. 

No animo a manipular estos instrumentos clásicos sin las habilidades y experiencia necesarios. Hacerlo será siempre bajo tu responsabilidad.


Por: J.F.D.S., (C) octubre 2022

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