jueves, 5 de septiembre de 2024

Telescopios Polarex 131 vs 114

 En esta entrada vamos a poder observar la exquisita fabricación de éstos dos modelos de la prestigiosa firma Polarex.

Por un lado el modelo 131 de 75/1200 en montura ecuatorial alemana, y por otro lado el modelo 114 de 60/900 en montura azimutal, ambos con sus respectivos trípodes de madera.


Modelos 131 y 114 de la firma Polarex (años 60-70)


El modelo 131, se trataba de un refractor de 75 mm de diámetro en focal de 1200, (f16) provisto de un doblete espaciado por aire, que le confería unas prestaciones muy elevadas en cuanto a corrección cromática.

Si la óptica era de una calidad excepcional, que podemos decir de la montura mecanizada y ajustada de forma muy precisa, dotada de grandes círculos graduados con nonius para los ejes de AR y DEC, los cuales se movían con gran suavidad gracias a los mandos flexibles de gran longitud.


Detalle de la escala de DEC con su Nonius

Detalle de la escala de AR con su Nonius en precision de 1 minuto horario


El modelo 114, por su parte se trataba de un refractor de 60 mm de diámetro en focal de 900 (f15) también provisto de un doblete espaciado por aire.




La montura de este modelo era del tipo azimutal con el mismo estandar de calidad que su hermano mayor.

Detalle de la montura azimutal con sus mandos de control cortos







by A.B.S.

miércoles, 4 de septiembre de 2024

Oculares Vixen 0,96"

 Seguimos reuniendo las colecciones de oculares Vintage de 0.96". En este caso les ha tocado a la marca japonesa Vixen, en las focales de 6mm, 9 mm, y 20 mm.

Colección básica que traían muchos de los equipos refractores de la marca Vixen durante los pasados
años 80. 

Al igual que otras marcas japonesas del momento, los diseños ópticos elegidos eran:

- KELLNER (K) Diseño de Carl Kellner en 1849. Poseen tres lentes, un campo aparente de 40º y un relieve ocular entre el 40% y el 50% de la distancia focal
Focales: 20 mm 
- HUYGENS (HM) Diseño de Crhistian Huygens en 1703. Poseen dos lentes, un campo aparente de 30º y un relieve ocular del 30% de la distancia focal
Focales: 6 mm
- ORTOSCOPICO (OR) Diseño de Ernst Abbe en 1860. Poseen cuatro lentes, un campo aparente de 45º y un relieve ocular del 80% de la distancia focal
Focales: 9 mm

By A.B.S.

viernes, 7 de junio de 2024

El Astrolabio Planisférico "Jugando con el Firmamento"

El pasado día 31 de mayo, se impatió en el Aula de Astronomía de Óptica Roma, la conferencia titulada: El Astrolabio Planisférico "Jugando con el Firmamento", a cargo de los profesores d. Federico Muñiz Alonso, y d. Adolfo Bernalte Sánchez. En la misma pudimos comprobar y aprender sobre el uso y diseño de uno de los más interesantes calculadores astronómicos de la antigúedad, cuyo uso ha estado vigente durante más de diez siglos. A lo largo de las casi tres horas que duró la charla, los ponentes dividieron la misma en distintas fases, desde una perspectiva histórica donde se analizaban los orígenes del instrumento y sus diferencias morfo estilísticas a través de los siglos, una segunda fase donde se estudiaban los conceptos matemáticos de las proyecciones estereográficas, y por último y para finalizar, sus distintos usos y aplicaciones, donde con varios ejemplos simularon situaciones y problemas que se resolvían con el astrolabio y más tarde se comprobaban con instrumentación actual como planisferios y planetarios digitales.




Los ponentes con distintos modelos de Astrolabios y literatura especializada




















A.B.S




lunes, 24 de julio de 2023

Carton CS600 Vs Takahashi FS-60

 

Comparativa entre el Carton Cs600 y el Taka FS-60

Con motivo del reciente 40º aniversario de mi primer telescopio Carton, Series 600 (en adelante CS600), me planteé darle una nueva oportunidad para la observación y aprovechar para realizar una pequeña comparativa con su “compatriota” Takahashi FS60. El CS600 es un telescopio refractor básico, doblete acromático de 60mm de abertura y 900mm de focal, es decir, un tubo clásico a f15, relación focal muy habitual en la época, cuando todavía no se habían popularizado los vidrios exóticos de baja dispersión y el control de la aberración cromática sólo podía realizarse con focales que ahora nos parecen extremadamente largas. El formato de sus accesorios (oculares y diagonal) es de 0,965” o, como se conocen en la afición, “accesorios de pulgada”.

La marca Carton no era especialmente conocida en la época de la compra, pero fabricaba con buenos estándares de calidad y competía con las conocidas, también japonesas, Mizar, Alstar y otras similares en el rango medio de precios. La marca existe todavía y está dedicada a otro tipo de instrumentos ópticos, sobre todo binoculares.

A pesar de sus evidentes limitaciones, puedo atestiguar es que la óptica de este tubo no sufre de diafragmado interno, como otros modelos que circulaban en los años 80 en el mercado, por supuesto, mucho más económicos. Las lentes están impolutas, sin hongos ni manchas, después del tiempo transcurrido y el uso que han sufrido. No se aprecia sobre las mismas, a simple vista, ningún recubrimiento óptico coloreado (coating), como ahora es habitual en las ópticas dedicadas a astronomía.

La montura es la típica altazimutal, metálica y con trípode de madera. El uso de plásticos en estos años era muy residual y se limita a los mandos del enfocador y las tapas del telescopio y buscador. La montura dispone de movimientos finos, pero sin las manillas flexibles que montaban otros equipos, lo que lo hacía un poco más complicado de mover y apuntar, justo debido a su larga focal.


Carton CS600


El CS600 fue mi primer telescopio, adquirido con mucho esfuerzo en junio de 1983 y, con la fuerza que da la juventud, me aventuré a realizar un estudio de la Luna (uno de los escasos objetos accesibles desde las grandes ciudades) y presentarme al primer concurso de la revista Tribuna de Astronomía (ahora renombrada simplemente como Astronomía). Recibí un accésit a dicho premio y el estudio fue publicado en 1991 por la desaparecida Editorial Sirius con el título “La Luna: selenografía para telescopios de aficionado”.


La Luna: Selenografía para telescopios de aficionados
Julio César Monge  Sirius/1991

Este telescopio tiene un fuerte contenido sentimental para mí, no sólo por haber sido el primer instrumento serio con el que pude aproximarme al fascinante mundo de la astronomía, sino además porque, pasados los años, ya se ha convertido en un instrumento vintage y no tiene sentido desprenderse de una pequeña joya como esta. Dados los avances que ha tenido la tecnología en la astronomía para aficionados en todos estos años, este pequeño telescopio ya ha quedado muy desfasado y, en estos tiempos, se orienta únicamente para coleccionistas o nostálgicos.

Como comentaba al principio, llegada la fecha de su cuadragésimo cumpleaños, tenía que rendirle un pequeño homenaje y sacarle a captar luz. Se me ocurrió que sería buena idea ponerlo al lado de otro pequeño japonés, comprado muchos años después (2006): Takahashi FS60C-CSV, con objetivo doblete de fluorita y 355mm de focal, lo que proporciona una f5,9. Años después, Takahashi ofreció un extender, denominado CQ, de 1,7X; montado sobre un tubo intermedio, que lleva la focal a f10 y ya orienta este pequeño telescopio hacia un instrumento de observación planetaria, con una arquitectura muy modular que sigue permitiendo su uso como telescopio de campo amplio. Con el extender CQ, me parecía que podía intentarse una comparativa, aun contando con las diferencias todavía existentes en relaciones focales: f10 versus f15.

Monté ambos telescopios sobre mi montura SkyWatcher EQ6 y mediante una placa doble de Geoptik, que me prestó mi amigo Pedro Peña, pude disponer de ambos telescopios apuntando en paralelo. Para tener vistas similares en ambos equipos (salvando la luminosidad derivada de las diferentes relaciones focales), usé dos juegos de oculares: los Zeiss ortoscópicos ZAO-II de 4mm y 6mm, que rinden justo 150X en el FS60 y en el CS600, respectivamente. La otra combinación que usé, manteniendo mismos aumentos en ambos equipos (aprox. 70X), fueron los oculares Explore Scientific 8,8mm de 82º de AFOV en el FS60 y TeleVue Nagler 13mm, también con 82º de AFOV, para el CS600. Para poder montar oculares de 1,25” tuve que usar un prisma diagonal de Baader que permite intercambiar la nariz de conexión al telescopio por otra de 0,965”. En el FS60, no hay problema para el uso de diagonales modernos, tanto de 1,25” como de 2”. En esta ocasión, para este equipo, monté una diagonal de espejo dieléctrico de la marca Stellarvue.

Preparado todo el montaje, me dispuse para la observación. Dada la pequeña abertura de ambos equipos, los objetos a observar serían, fundamentalmente, estrellas dobles. No soy aficionado a esta especialidad y observo dobles sólo ocasionalmente, por lo que pido disculpas por anticipado por mi falta de rigor en las observaciones. En este momento, el objetivo era comparar equipos y darle una nueva oportunidad a un telescopio muy veterano que llevaba guardado varias décadas, sin más pretensiones.


Detalle del acople del Prisma Diagonal de Baader
Sobre el carro de enfoque original de 0,96"


El entorno en que realizo las observaciones se encuentra a 80 kms de Madrid y es realmente mediocre, con cientos de farolas con bombillas de LED blancos, que han hecho caer la calidad del cielo mucho más de lo que la luz de Madrid ya conseguía estropear. Esta lacra de la luz LED es algo a combatir y con lo que los aficionados a la astronomía nos sentimos desprotegidos. La calidad del cielo decae a pasos agigantados con esta tecnología de iluminación y poco podemos hacer a nivel individual.


Detalle del montaje ecuatorial sobre Eq-6 con la doble platina
Geoptik

Voy con la observación: comencé apuntando a varias dobles bien separadas, si bien había consultado previamente el poder de resolución de ambos telescopios. Como comento, no soy doblista, pero, entre los indicadores más utilizados por ellos, se encuentran el límite de resolución de Abbè, el criterio de resolución de Rayleigh o bien el indicador de Sparrow. Calculando el propuesto por Rayleigh, aunque antiguo y afectado por las circunstancias del cielo y el observador, pude comprobar que el límite de separación para la abertura de 60mm es de 2,33” (segundos de arco). Por tanto, me mantendría por encima de ese límite y buscaría la forma de forzar lo posible alrededor de ese valor, que no deja de ser algo teórico, como digo afectado por la experiencia del propio observador y por las condiciones del seeing de cada cielo en concreto.

Para empezar, elegí una doble bien separada, como es zeta Lyrae (Struve 138), con una clara diferencia de brillo entre la estrella principal y la compañera. Aunque se trata de una triple espectroscópica, a nuestros efectos es una binaria separada por nada menos que 44”. Por tanto, no es ningún problema separarla para estos instrumentos. Observo un tono amarillento en la estrella principal con el CS600 y una tonalidad más neutra con el FS60. Por lo demás, imágenes muy similares.


Otra vista del doble montaje ecuatorial, donde es posible apreciar la gran 
diferencia de focales entre ambos tubos





Continué con la famosa “doble-doble” de Lyra, ya que se encontraba muy cercana, aunque sus componentes ya iban a presentar más dificultad, pues rondan los límites de los instrumentos utilizados. Se trata de épsilon Lyrae (Struve 137). Las separaciones son muy similares para épsilon 1, siendo de 2,3” y de 2,4” para épsilon 2. Aquí comencé a percibir la diferencia de rendimiento de ambos equipos: con el FS60 se conseguían desdoblar las componentes de cada binaria, con cierta dificultad en épsilon 2, pero con el CS600 no conseguí desdoblar esta última, aunque percibí bien la forma elongada del sistema.

Después me moví a la bien separada Mizar (junto con Alcor es zeta Ursae Majoris o Struve 1744), más que nada buscando algún color en alguna de sus componentes, pero no pude apreciar nada más que un tinte algo más cálido en el CS600 con respecto al FS60. En efecto, Mizar es una pareja visual (en realidad es un sistema cuádruple) de color blanco prácticamente puro. La separación (15”) es más que suficiente para que ambos instrumentos la resuelvan sin dificultad.

Pasé a observar a la que había seleccionado como el reto para estos telescopios: Izar (épsilon Boötis o Struve 1877). La separación es de 2,9” y teóricamente debería poder resolverse con la abertura de 60mm, pero mi sorpresa fue que me costó muchísimo trabajo detectar la estrella compañera con el CS600, mientras que fue realmente fácil con el FS60. El problema es que la estrella compañera, mucho más débil que la principal, se situaba sobre el primer anillo de Airy y ello hacía complicada su detección. Con el FS60 sólo fue cuestión de unos segundos, pero con el CS600, el anillo era mucho más brillante e irregular y tuve que emplearme más tiempo para detectarla. Sin ser experto en óptica, creo que aquí se pone de manifiesto la diferencia entre una óptica acromática de los años 80 y un doble apocromático de fluorita. La calidad óptica jugó un importante papel en esta binaria. Por cierto, los colores amarillento y azulado de sus componentes son magníficos. Creo que es una de las dobles más estéticas y brillantes del cielo norte.




El resto de la sesión, me dediqué a observar objetos de cielo profundo muy conocidos, como el cúmulo globular M13 en Hércules, el cúmulo abierto M11 en Scutum, la nebulosa M17 y el globular M22 en Sagittarius, la galaxia de Andrómeda (M31), el doble cúmulo de Perseo y, para finalizar, estuve echando un vistazo a Saturno. Para no hacer esta crónica más larga de lo que ya es, no comentaré cada objeto en concreto, pero sí indicaré que se hacía muy patente la diferencia de luminosidad entre ambos telescopios, que puedo achacar a su diferente calidad óptica, posiblemente a la transmisión global de los dobletes ópticos y a los recubrimientos (coatings) más modernos del FS60, dado que aumentos y pupilas de salida fueron idénticas en la comparativa y la abertura también lo era. El FS60 entregaba objetos sensiblemente más luminosos, diferencia muy apreciable en los cúmulos globulares, donde el gradiente de brillos de las estrellas es muy notable. En Saturno también era muy apreciable la mayor saturación de color del planeta en el FS60 sobre el CS600, lógicamente por las diferencia de calidad óptica comentada anteriormente. No obstante, ambos telescopios daban imágenes bien contrastadas para el planeta, con una aberración cromática apreciable pero no intrusiva en el CS600 y casi inexistente en el FS60 (recordemos que estaba montado el extender CQ de 1,7X).


En resumen, creo que, si bien la tecnología óptica del CS600 ha sido ya más que superada por cualquier telescopio acromático de la misma abertura fabricado en nuestros días, todavía puede ser un instrumento perfectamente utilizable y del que se puede disfrutar, tanto como yo lo hice con la Luna en su momento. El uso dependerá de los intereses y las pretensiones de cada aficionado. No tengo duda de que, en general, la óptica que se fabricaba en Japón en los años 70 y 80 tenía una calidad cuidada, por más que ahora podamos hacer la analogía negativa con algunos instrumentos de baja calidad, casi de juguete, fabricados en China. Creo que estos fabricantes de calidad media en Japón se tomaban sus productos muy en serio, como lo sigue haciendo actualmente Takahashi y no digamos las marcas “top” como fueron en su día Unitron o Vixen, que ofrecían realmente magníficas calidades para quienes pudieran pagar sus precios.

Aunque no soy un nostálgico de este tipo de telescopios vintage, tengo que decir que he disfrutado mucho con esta comparativa y que el CS600, con toda seguridad, se quedará conmigo hasta el fin de mis días y procuraré darle más oportunidades de observación en el futuro. La Luna será el objeto a revisitar en el próximo aniversario 😉


J.C.M.

lunes, 17 de octubre de 2022

Recuperando un Polarex 75/1200 Modelo 131



Hace unos meses tuve la oportunidad de adquirir un Polarex 75/1200 en montura ecuatorial, el modelo 131, en muy buen estado. Un bellísimo instrumento, finamente mecanizado y con una prestigiosa calidad óptica, fabricado en los años ’70-’80. 

Sin embargo tenía un par de cosas que no terminaban de estar perfectas en las pruebas que le hice: los movimientos de la montura se endurecían cuando la temperatura bajaba y, algo más preocupante, la calidad óptica no era la esperada de un telescopio de su prestigio. Mientras lo primero era bastante fácil de solucionar aplicando un mínimo de cuidado, lo segundo planteaba muchos interrogantes y la solución no estaba clara.


El secreto está en el aire: 

Comencemos por lo más complicado, el diagnóstico del problema óptico. Los startest mostraban una clarísima coma, indicativo de una óptica “pinchada”, de astigmatismo o de ambos. La celda del doblete separado por aire del 75/1200 cuenta con tres tornillos de fijación y otros tres de ajuste más pequeños, que limitan la presión que la celda ejerce sobre el doblete óptico. 

No confundir con los tres grandes tornillos que fijan la celda al tubo, que en este Polarex se encuentran en las “orejas” exteriores. Es habitual encontrar esos pequeños tornillos de ajuste sellados con pintura roja, pero en este caso no lo estaban, lo que podía indicar una manipulación previa (o sólo que en este modelos/año de Polarex no iban sellados). 

La celda del doblete con los tornillos de fijación y ajuste. 

Si se trataba de una óptica “pinchada” este era el lugar por donde comenzar a ajustar. Y la forma de acotar el problema era visualizar los anillos de difracción del doblete. 

Los anillos de difracción de un doblete separado por aire, como es el caso del 75/1200, se ponen en evidencia incidiendo luz monocromática y observando su reflejo. La forma más sencilla de obtener luz monocromática es iluminando con una bombilla de bajo consumo, con fluorescentes de luz fría o, de forma más clara, mediante la iluminación con un láser difuminado el haz de alguna manera (yo uso servilletas de papel). La prueba demostró que los anillos no eran concéntricos, algo ocurría. 


Esto es lo mejor que se podía ajustar. Anillos de difracción descentrados, bajo luz de fluorescentes de luz fría. 

El ajuste de la presión de los tornillos de la celda no daba resultado. Aunque el patrón de los anillos de difracción variaba, llegaba un momento en que un lado estaba demasiado apretado y el otro completamente suelto. El ajuste estaba fuera de rango de ajuste de los tornillos. Aquí había algo más. 

Y ese algo más apareció tras un minucioso análisis bajo el microscopio de bajos aumentos: los separadores del doblete estaban en muy mal estado, deteriorados por el paso del tiempo. 



Estado que mostraban los separadores, con el metalizado separado o degradado bajo el microscopio. 

El tallado de la lente y el menisco en los dobletes separados por aire es de tal forma que entre ellos apenas quedan 15 centésimas de separación (en el Polarex 75/1200) a lo largo de toda su superficie. La separación se obtiene insertando entre ambos tres pequeños separadores de ese grosor situados a 120º en el borde de las lentes. Minúsculas variaciones en este espaciado tiene devastadoras consecuencias en la calidad óptica. Esos separadores son de papel metalizado en el Polarex y su posición coincide con los tornillos de la celda. 

Los separadores originales y su cuidadosa extracción con un microscopio y un bisturí.


Encontrar un material metalizado con adhesivo que sirviera como separador y que calibraran 15 centésimas fue todo un reto. Después de muchas pruebas con varias capas de papel de aluminio (demasiado fino) y con cinta de carrocero (adhesivo demasiado “gomoso”), la solución vino de un material llamado Cricut, unas láminas de vinilo metalizado utilizadas en decoración con una capa adhesiva muy firme que calibran exactamente 15 centésimas. 








Adquirir el material, cortarlo sin rebabas con un bisturí y adherirlos al menisco con la ayuda del microscopio de bajos aumentos fue lo más sencillo. 

Posicionando los nuevos separadores

Ahora sí, tanto las pruebas estáticas con luz monocroma como los startest mostraban un patrón de difracción centrado y uniforme. Los tornillos de ajuste tenían el efecto esperado en el patrón. Y las observaciones planetarias, de la Luna y de Épsilon Lyrae (la Doble Doble de Lyra) fueron las pruebas definitivas que confirmaron la buena salud de esta óptica con más de 40 años a sus espaldas. 

Anillos de difracción bajo la luz monocroma de un láser

En mis pruebas con este telescopio y los oculares disponibles, Epsilon 2 Lyr (la pareja “transversal” de m5.5 y m5.6) separadas 2,4” de arco se desdobla a partir 96 aumentos con el ocular Kellner 12.5mm original; y Epsilon 1 Lyr (la pareja “longitudinal” de m5.0 y m6.0) separadas 2,3” de arco se desdobla a partir de 133 aumentos con el ocular SYM 9mm original. A 200 aumentos con el ocular Orto 6mm original las dos parejas aparecen sobradamente separadas. 


Los años pasan…: 

…y las grasas se degradan. Era muy evidente que el problema de la montura era una grasa degradada que aumentaba mucho su viscosidad a bajas temperaturas haciendo que los movimientos fueran más duros. Se imponía desmontarla completamente, limpiar los restos de grasa vieja y aplicar una nueva capa de grasa. 

Afortunadamente la sencillez mecánica de la montura Polarex facilita mucho las cosas. Tan sólo hay que tener la precaución de anotar dónde tiene que ir cada pieza y cada arandela de separación para montarla de nuevo en su posición una vez engrasada con un producto lubricante de calidad y estabilidad frente al frío. 

Las frías noches sorianas fueron la prueba de fuego para esta relativamente sencilla operación de mantenimiento. En Tiermes la montura tuvo un comportamiento exquisito, de nuevo como el primer día, con movimientos suaves y fluidos. 


Nota final: 

No es necesario recordarte que antes de decidirte a manipular un telescopio clásico como este debes tener presente que se trata de una pieza óptica y mecánica de precisión, única e insustituible. No hay repuestos, cualquier error en su manipulación puede suponer la destrucción del instrumento o provocar un daño mayor que el que se pretende reparar. 

No animo a manipular estos instrumentos clásicos sin las habilidades y experiencia necesarios. Hacerlo será siempre bajo tu responsabilidad.


Por: J.F.D.S., (C) octubre 2022

sábado, 15 de octubre de 2022

Oculares Polarex de 0,96 de pulgada

 La firma Polarex-Unitron, fue desde sus inicios símbolo de máxima calidad, como así lo demuestran casi 70 años después algunos de sus telescopios y componentes.

Hoy vamos a dedicar una pequeña entrada a los oculares...

En muchos de los telescopios Polarex o Unitron, podíamos encontrar unas pequeñas cajitas, bien de cartón o de madera en los modelos superiores, donde se alineaban de forma marcial una completa colección de oculares de 0,96 de pulgada.

Dichos oculares en ocasiones sin rotular por la marca y fabricados en primitivos diseños ópticos, del tipo Kellner, Ramsden, Orthoscópicos etc... ofrecían -una vez aprendíamos a mirar- unas imágenes nítidas carentes en su mayoría de cromatismos, a lo cual también ayudaba las enormes longitudes focales de aquellos tubos refractores, a los que el tiempo y las nuevas tendencias de luminosidad en bajas razones focales, han relegado hoy día al olvido.

Colección de oculares de la firma Polarex Unitron

- Orthoscópico de 6 mm

- Symmetrica Achromatic de 7 mm

- Symmetrica Achromatic de 9 mm

- Kellner de 12,5 mm

- Ramsdem de 25 mm


Mismo ocular con rótulo de la firma y sin él.

Continuará ...

By. A.B.S.

viernes, 14 de octubre de 2022

Catálogo CELESTRON 1995

 Otro tríptico de publicidad Celestron, en este caso de 1995, donde podemos observar las novedades del momento, de alguna de las cuales haremos alguna introducción en breve.







By A.B.S.